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sábado, 9 de marzo de 2013

Bitácora sin número

The_ghost_ship_by_YagaK
"El Barco Fantasma" por YagaK

“Bitácora de navegación número... ¿Por qué número vamos?”
La pregunta solo fue respondida por el eco de los desolados pasillos, un eco metálico, sin nada de humanidad en todo el basto barco. Solo su capitán, en un acto de heroísmo que nadie conocerá jamás, tiene humanidad en esa inmensidad.

No es la inmensidad del barco lo que hace tan insignificante a su capitán, es la inmensidad del océano que lo rodea. Es la única persona en muchas millas a la redonda, esta realmente solo, incomunicado, sin nadie que le tire un salvavidas, ni una idea para evitar la catástrofe.

Bitácora de navegación sin número:
Hora 0914. Tiempo en calma, viento del norte con fuerza indeterminada. Los sistemas eléctricos fallaron hace más de una hora y el motor de babor está perdido. Mucho me temo que las horas del “Agur Maitia” están contadas.
Es una nave excelente. Como capitán me siento ORGULLOSO de haberla tenido a mi mando. Como persona me siento REALIZADO porque a bordo de esta reina de los mares conocí los mares que tanto soñé en mi infancia. Pero como hombre me siento HERIDO porque no fui capaz de llevarla a buen puerto y ahora, cuando muera, mi amada “Agur Maitia” va a quedar sola, navegando a la deriva.
No tengo mas palabras para escribir en la bitácora. No importa su número porque sé que esta será la última entrada. Solo me resta pelear hasta que mis fuerzas se agoten y me devore la mar que siempre ame.
Se puede amar a la mar, pero no se puede beber de ella sin pagar las consecuencias.
Amar, es irónico asociar la mar con el amor, si “a-mar” es como “sin-mar”…
A quien lea esta bitácora de navegación número no se cuánto: Sepa que muero por amar la mar, que no dude en beber de ella sabiendo que era mi fin, y que es en mi amada “Agur Maitia” donde por suerte voy a pasar mis últimos momentos.
No es una desgracia, no todos los hombres pueden morir de forma tan reconfortante. Antes que un capitán soy un hombre, un hombre feliz, y así he de morir, con felicidad y en mi “Agur Maitia”.

El capitán del equipo especial de rescates cerró lentamente la bitácora y la colocó nuevamente sobre el pecho del cadáver del que fuera el capitán de la “Agur Maitia”, que tranquilamente reposaba en una de las literas de la nave. Ordenó el inmediato remolque a puerto seguro y se encerró en la habitación para estar a solas, capitán con capitán.
Todo quedó como cuando la nave fue encontrada: Con su capitán muerto en la litera y abrazando amorosamente su bitácora. 
El olor era nauseabundo pero él se arrodilló a su lado para rezar una oración:
“Padre nuestro que estas en los cielos,
recibe en tu reino a este humilde hombre,
y bendice a esta nave que con tanto amor fue tratada.
Amén.”

El “Agur Maitia” fue desguazado dos años después por hombres que no leyeron la bitácora, que no saben amar a la mar, y que solo ven acero en donde hay una reina de los mares. Hombres que entienden de dinero, que no ven vida en un bosque sino leña para hogueras.

Dedicado a todos los capitanes que se atreven a beber el agua de la mar sin miedo a las consecuencias. El amor, sin locura, no es amor...