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jueves, 2 de mayo de 2013

Cuando jugaba al rol...

DESEO, me acuerdo cuando jugaba al rol...
Era el hechizo que todo buen mago quería aprender, y era el terror de todo Dungeon Master... El "pobre" tipo tiene que llevar la historia para donde los jugadores van, y un jugador que conoce ese hechizo puede cambiar todo el rumbo del juego sin entender las consecuencias, el Dungeon Master las debe medir, analizar, reinventarlo todo y seguir con la historia como si ese hechizo fuera parte del juego que tenía pensado llevar a cabo.
El hechizo DESEO tiene una particularidad: el resultado inmediato es específico pero no sus consecuencias: Dos patas de rana y un ala de murciélago dan un estofado del Sheraton (matemática pura???) Pero el resultado de "DESEO" es simplemente lo que el hechicero quiera, lo que se le ocurra, simplemente puede desear el apocalípsis y el Dungeon Master va a tener que inventar de la nada un apocalípsis que se adapte al juego y este siga ¿normal?
En la vida real DESEO no es muy diferente... Muchas veces la gente desea sin llegar a comprender todo lo que ese deseo abarca, todos las infinitas variables que se van a modificar cuando se cumpla, para bien o para mal. Estamos decididamente "deseosos" de que se cumpla, pero ¿Somos capaces de aceptar todas sus consecuencias? ¿Somos concientes de que no podemos medir todas sus consecuencias y que estas pueden ser nefastas y alterar el rumbo de nuestras vidas para mal, hasta que la muerte nos libere de ella...?

"Como una cuerda vibras en mis manos.
Como las cuerdas de una guitarra,
disparando melodías dulces,
o como la cuerda de un arco,
disparando flechas envenenamoradas..."